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MUNDO HAMSTER

Érase una vez, un Mundo hámster. El cual comenzó en una gigantesca jaula (tan pero tan grande que era imposible encontrarse con los barrotes) y fue fruto del aburrimiento de un dios extraño que creo dos Hámsters hechos de plastilina: uno machito marrón y una hembrita cremita.
El machito era un tipo malo y creía que su parejita no lo amaba, entonces le pegaba y la violaba. Con lo cual llegaron a tener 938 hijos. Dios se enojo mucho con el machito y creo un gato, el cual estaba fuera de la gigantesca jaula, entonces la parejita de roedores no le temía; se sentían seguros.
Un día, el hámster machín, enfureció mucho al enterarse que su hembrita había comido (guiada por un Ada de los cerillos) su nuez importada. Se encerró junto a ella en la casita hámster y la maltrato tanto que termino por matarla de un paro cardiaco. No pudo darse cuenta de lo que había hecho y ponerse triste, por que eso implicaba hacerse cargo de la mierda que fue toda su vida y que lo que acababa de hacer era el colmo de su estupidez. Entonces decidió volverse loco, histérico y corre y corre y corre; tanto que logra encontrarse con los barrotes, y escapa. Lastima que en su estado de locura no se acordó del felino.
Dicen que luego el dios extraño encontró en el living de su casa un pedazo de piel marrón, de hámster.
Y bueno la cosa es que los 938 hijitos se recontra multiplicaron y se hicieron millones de millones. Pasan por diferentes etapas socioculturales, revoluciones industriales, golpes militares, guerras de semillas de girasol, aparecen grandes personalidades hámsters, competencias de embuchado de fermento de maíz, aparece el cine, etc.
Con el pasar de los años, la población de hámsters crece de manera desproporcionada y la vida se vuelve cada vez más ardua y complicada para conseguir el alimento digno que había antes. Era cada vez menos nutritivo y menos sabroso. Girasol, trigo y maíz en lata o en pomo.
La higiene se hace un problema y les empieza a salir unos granitos entre sus piernitas traseras que, en un principio, pensaban que era debido a la ingesta de maíz modificado genéticamente que estaba haciendo mutar la especie. Imaginaban que sus órganos reproductores se iban a multiplicar e iban a poder tener más críos.
Pero su obsesión reproductiva se convirtió en sus peores pesadillas: comenzaron a morir poco a poco. El dios extraño observaba como sus criaturas de repente se volvían como locas y se retorcían en el piso. Dios extraño, angustiado, luego de ver morir al último crío, formulo un pensamiento:
"Es algo muy extraño. En realidad no estaban ni enfermos ni les faltaba comida (aun que fuese transgenica). Sus granitos eran verdaderamente órganos secundarios. ¿Será que la sociedad hámster se acelero tanto que sus corazoncitos no lo pudieron resistir... tanta presión?.